¿Te imaginas hospedarte en un antiguo palacio Inca? ¿O en lo que fue un real convento? ¿Qué tal un hotel en medio del Valle Sagrado de los Incas?
Lugares perfectos para una escapada en pareja, un aniversario, una celebración en familia, o para tomar un descanso de las actividades (y multitudes) de Cusco y disfrutar de instalaciones cómodas y lujosas. Sobre todo, experiencias que suman a la inversión, como un picnic en medio del valle con productos locales, o una clase de pisco sour en el bar del hotel.
Lugares con historia. Cada uno de estos hoteles tiene algo que contar. Muchos de ellos con cientos de años de antigüedad. Algunos hasta ofrecen tours guiados dentro de sus instalaciones para contar a los huéspedes sus orígenes.
Vlog de nuestro viaje: 4 hoteles de lujo en Cusco
Van nuestros recomendados:
Tambo del Inka, a Luxury Collection Resort & Spa, Valle Sagrado
Rodeado de montañas y con áreas verdes para regalar. Es como la casa de campo con la que sueñas, agregándole lujos que nunca imaginaste. La decoración es acogedora y a la vez elegante. Una combinación que se logra con detalles de madera, motivos andinos, techos altos y grandes ventanales de vidrio, que dejan ver toda la naturaleza del valle.
Nuestras experiencias favoritas: relajar en su piscina temperada, mitad al aire libre y mitad techada. El paseo guiado por el huerto, que termina en un picnic a base de productos locales y orgánicos. Y el desayuno buffet, de los más variados que hemos comido y con puras sorpresas: ponche de quinua, crepes de maca, miel directa del panal, mantequillas de maní, almendras, sésamo, cashew, uff!
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Es el único hotel de Cusco con estación de tren privada. Perfecto para llegar después de una visita agotadora a Machu Picchu, caminar 3 minutos y estar haciendo check in.
Como un plus inesperado, los rieles están en una zona rodeada de árboles que es muy linda para las fotos!
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Palacio del Inka, a Luxury Collection Hotel
Hospedarse aquí es como quedarse en un museo o catedral: arte por todos lados. El nivel de detalle de la decoración es impresionante. Muebles antiguos, lámparas, candelabros, hasta el marco del espejo de la habitación con flores talladas en madera. Algunas habitaciones cuentan con balcón y vista al centro de la ciudad.
El patio principal es como estar en una plazita privada de Cusco, con la decoración mantiene la esencia de la ciudad. Durante el día se pueden encontrar señoras locales ofreciendo souvenirs.
Existen experiencias gratuitas paras los huéspedes como clases de Pisco Sour, y otras de pago como “Cheese and wine” donde se disfruta de una tabla de quesos y jamones peruanos, vino y una visita guiada por las cavas del hotel.
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JW Marriott El Convento Cusco
En 1560 , este hotel fue un convento de la orden de los Agustinos. Antes de eso, un palacio Inca. La historia desborda en las paredes de este hotel y es por eso que todos los días hacen visitas guiadas por sus instalaciones. También cuenta con una sala de exhibiciones donde conservan hallazgos de la época incaica.
El hotel es precioso. Desde el imponente lobby con paredes de piedra y enormes ornamentos dorados que te transporta al palacio inca, hasta los arcos del patio que se conservan desde la época del monasterio.
Quedarse aquí es toda una experiencia. Y por si te quedaste corto de planes, el hotel tiene una agenda de actividades semanales para sus huéspedes: clases de yoga, salidas al mercado, lectura de hojas de coca, clases de pisco sour, etc. Muy recomendable: probar el ceviche de trucha en su restaurante Qespi.
Belmond Hotel Monasterio
Es uno de los hoteles más grandes en los que nos hemos hospedado en el centro de Cusco. Con 3 patios privados, de distintos ambientes y perfectos para encontrar un rincón donde leer un libro, contemplar el cielo azul intenso de Cusco o pasar un rato solito en una ciudad donde abundan los turistas.
El hotel está construido en un antiguo convento jesuita, conservando el estilo de edificio clásico sin perder los lujos de un hotel 5 estrellas. En el patio principal, se conserva un altísimo árbol y la fuente original del convento, ambos de más de 300 años.
Cubierto en obras de arte originales, con dos restaurantes de lujo, experiencias como cenas con show de ópera y su propia capilla integrada (donde hasta celebran bodas), el Belmond Monasterio es definitivamente un hotel para celebrar una ocasión especial.